jueves, 12 de octubre de 2017

Audición




Para la mayoría de las personas, la audición es el segundo sentido más importante. La importancia de la comunicación verbal la hace, en algunos aspectos, más importante que la visión.

Los estímulos acústicos también aportan información acerca de las cosas que están ocultas a la vista, y nuestros oídos trabajan igual de bien en la oscuridad.





El estímulo


Nosotros oímos sonidos, que producen los objetos que vibran y ponen en movimiento las moléculas de aire. Cuando un objeto vibra, sus movimientos hacen que las moléculas de aire que lo rodean se condensen y se alteren (se separen) alternativamente, lo que produce ondas que viajan desde el objeto a unos 1.125 km por hora. Si la vibración se sitúa entre las 30 y 20.000 veces por segundo aproximadamente, estas ondas estimularán a las células receptoras situadas en nuestros oídos y se percibirán en forma de sonido.

Los sonidos varían en su tono, volumen y timbre. El tono percibido de un estímulo auditivo está determinado por la frecuencia de la vibración, que se mide en hercios (Hz), o ciclos por segundo (el término se estableció en honor de Heinrich Hertz, un físico alemán del siglo xix). El volumen es función de la intensidad —el grado con el que las condensaciones y rarefacciones del aire difieren entre sí. Las vibraciones más fuertes de un objeto producen ondas sonoras más intensas y por ello más fuertes. El timbre proporciona información sobre la naturaleza del sonido particular —por ejemplo, el sonido de un oboe o el silbato de un tren. La mayoría de los estímulos acústicos naturales son complejos y constan de varias frecuencias diferentes de vibración. La combinación particular determina el timbre del sonido.
Existen 3 componentes básicos o características en los sonidos:


  • El tono: Está determinado por la frecuencia de la vibración en hercios (Hz) o ciclos por segundo. La cóclea detecta las frecuencias de dos maneras: las frecuencias medias y altas por la codificación espacial y la bajas por la codificación temporal.
    • Codificación espacial: Debido a características mecánicas de la cóclea y de la membrana basilar, los estímulos sonoros de diferentes frecuencias provocan la modificación de diferentes zonas de la membrana basilar, doblándose hacia atrás y adelante. Las frecuencias altas producen más desplazamiento en la base de la membrana.
    • Codificación temporal: Las frecuencias bajas son detectadas por neuronas que descargan en sincronía con los movimientos de la zona apical de la membrana basilar.

  • El volumen: Es la intensidad de las vibraciones en el aire; entre más vigorosa sea una vibración, producirá ondas más intensas y por tanto un mayor volumen. La cóclea es extremadamente sensible; además, parece ser que los axones del nervio coclear presentan al encéfalo la información de la sonoridad de un estímulo mediante la modificación de su tasa de descarga. Los sonidos de mayor sonoridad producen una vibración más intensa en el tímpano y en los huesecillos, que origina unas fuerzas de estiramiento más intensas en los cílios de las células ciliadas auditivas.


  • El timbre: Proporciona información acerca de las características de un sonido en concreto. La mayor parte de los estímulos acústicos naturales son complejos, formados por varias frecuencias de vibración diferentes y esta mezcla determina el timbre del sonido.


    Anatomía del oído


La figura anterior muestra un corte a través del oído medio y del oído interno.

Los sonidos son recibidos por el Pabellón auricular (pinna auditiva) del oído externo a través del conducto auditivo externo hasta llegar al tímpano o membrana timpánica.

El oído medio está en la región detrás del tímpano, y en esta se encuentran los huesecillos del oído medio, que forman un conjunto que entra vibración en conjunto con el tímpano.

El martillo (malleus), que conecta con el tímpano, el yunque (incus) y el estribo (stapes) los cuales transmiten las vibraciones a la cóclea, que contiene los receptores. La base del estribo repercute hacia atrás contra la membrana de la ventana oval, abertura en los huesos que rodean la cóclea.



La cóclea tiene forma de caracol; es un cilindro de 35 mm de largo que finaliza gradualmente en punta y se enrolla dos vueltas y tres cuartos. La cóclea está dividida en longitudinalmente en tres secciones rampa vestibular, la rampa media y la rampa timpánica.



La cóclea forma parte del oído interno, el cual está lleno de fluido, por lo que los sonidos que viajan a través del aire se transfieren a un medio líquido. En condiciones normales esta transferencia perdería cerca del 99.9% de la información; sin embargo, la cadena de huesecillos del oído medio funciona como un medio super eficiente de transmisión de energía.

El órgano receptor es conocido como órgano de Corti, el cual consiste en la membrana basilar, las células ciliadas y la membrana tectorial. Las células auditivas son llamadas células ciliadas; las cuales están ancladas como bastones entre las células de Deiter a la membrana basilar.

Las ondas sonoras provocan el movimiento de la membrana basilar con respecto a la membrana tectorial con lo que se inclinan los cilios de las células; generando el potencial receptor, la energía vibratoria ejercida, provoca deformaciones en la membrana basilar. 
Debido a ciertas características físicas, la frecuencia del sonido determina la porción de la membrana que se deforma. Existe una abertura cubierta por una membrana, la ventana redonda que permite el paso de fluidos dentro de la cóclea de una zona a la otra.


Células ciliadas y transducción de la información auditiva

Existen dos tipos de receptores auditivos: las células ciliadas internas y externas. Estas contienen cilios (pestañas), prolongaciones finas dispuestas, según su longitud, en varias filas. La cóclea humana contiene 3,500 células ciliadas internas y 12 células ciliadas externas. Estas células tienen sinapsis con dendritas de neuronas bipolares, cuyos axones llevan la información auditiva al encéfalo.  



Los cilios contienen filamentos de actina, rodeados por filamentos elásticos conocidos como uniones de las puntas. Cada unión de las puntas está unida al extremo apical de un cilio y al lateral de un cilio adyacente. Los puntos de unión se conocen como placas de inserción. La inclinación del haz de cilios provoca potenciales receptores.

Vía auditiva

Conexiones con el nervio coclear

El órgano de Corti envía información auditiva al encéfalo a traves del nervio coclear, que es una rama del nervio acústico. Las neuronas que dan lugar a los axones aferentes que viajan por este nervio son de tipo bipolar. Sus cuerpos celulares están en el ganglio del nervio coclear. Estas neuronal tienen prologaciones axónicas, capaces de conducir el impulso nervioso que sale desde los dos extremos del soma. El extremo de una de las prolongaciones actúa como dendrita, respondiendo con un potencial excitatorio postsináptico cuando las células ciliadas liberan neurotransmisores. El potencial excitatorio postsináptico provoca la descarga del impulso nervioso en los axones del nervio  auditivo, los cuales forman sinápsis con neuronal del bulbo. 





miércoles, 11 de octubre de 2017

Sistema Vestibular




El sistema Vestibular tiene dos componentes: los sacos vestibulares y los canales semicirculares. Son el segunto y tercer componente del laberinto del oído interno. Los sacos vestibulares responden a la fuerza de gravedad e informan al encéfalo sobre la orientación de la cabeza. Los canales semicirculares responden a la aceleración circular.

La función del sistema vestibular incluye el equilibrio, el mantenimiento de la cabeza en una posición vertical y el ajuste de los movimientos de los ojos para compensar los movimientos de la cabeza. La estimulación no produce una sensación fácilmente definible; la estimulación del saco vestibular con frecuencias bajas puede producir nauseas y la estimulación de los canales semicirculares puede producir vertigo y movimientos rítmicos de los ojos.

Anatomía del aparato vestibular


El oído interno incluye la cóclea, los canales semicirculares y dos sacos vestibulares: el utrículo y el sáculo. Los canales semicirculares están orientados siguiendo los tres planos principales de la cabeza, sagital, transverso y horizontal. Los receptores de cada canal tienen la respuesta máxima con la aceleración angular de un plano. Los canales semicirculares consisten de canales membranosos que contienen un fluido llamado endolinfa.Un ensanchamiento llamado ampolla contiene el órgano en el que se encuentran los receptores. 

Los canales semicirculares se oponen al movimiento cuando la cabeza comienza a girar. Esta resistencia inercial empuja la endolinfa contra la cúpula, provocando que se doble, hasta que el fluido empieza a moverse a la misma velocidad que la cabeza.

Los sacos vestibulares, el utrículo y el sáculo. Trabajan diferente, estos son casi circulares y cada uno contiene una zona de tejido receptor, una en el suelo del otrículo y otra en la pared del sáculo cuando la cabeza está en posición vertical. Estos contienen células ciliadas que contienen otoconias, que son pequeños cristales de carbonato cálcico. El peso de los cristales provoca que la masa gelatinosa se desplace de posición, según los cambios de orientación de la cabeza.

Células receptoras

Las células de los canales semicirculares y de los sacos vestibulares tienen una apariencia similar. Cada célula contiene varios cilios, organizados del más corto al más largo. 

Vía vestibular



martes, 10 de octubre de 2017

Sentidos somáticos

Los sentidos somáticos proporcionan información sobre lo que sucede en la superficie y en el interior de nuestro cuerpo. 

  • Sentidos cutáneos: los receptores en la superficie corporal permiten la percepción consciente a través de la piel (tacto, presión, vibración y temperatura).
  • Cinestesia o propiocepción: los receptores en las articulaciones y tendones permiten la percepción consciente de posición, peso y movimiento y la configuración inconsciente del esquema corporal.
  • Sentidos orgánicos e interocepción: los receptores en las vísceras permiten la percepción inconsciente de presión, dolor y temperatura de los órganos internos y regulan las funciones vitales.

Anatomía de los órganos receptores





La piel es un órgano complejo y vital para el cuerpo. Se compone de tejido subcutáneo (hipodermis), dermis y epidermis. La piel puede ser vellosa o glabra (sin vello, como la de la punta de los dedos y en las palmas de las manos).

En la piel vellosa: hay terminaciones nerviosas no capsulares (libres); los corpúsculos de Ruffini (presión); y los corpúsculos de Pacini (vibraciones rápidas).



Las terminaciones nerviosas libres que detectan estímulos dolorosos y cambios en la temperatura se hallan justo debajo de la superficie de la piel. Otras terminaciones nerviosas libres se encuentran en la base de los folículos pilosos y en torno a los tallos vellosos de la piel y detectan el movimiento de los pelos.



En la piel glabra: hay una mezcla más compleja de terminaciones nerviosas libres, corpúsculos de Ruffini y Pacini, axones que terminan en órganos especializados, corpúsculos de Meissner, que se hallan en las papilas, pequeñas elevaciones de la dermis que proyectan hacia la epidermis, que responden a la vibración de baja frecuencia o breves golpes en la piel y los discos de Merkel que responden a la presión sobre la piel y se hallan en la base de la epidermis, de forma adyacente a los conductos sudoríparos. 



Los receptores de la piel glabra tienen campos receptores más pequeños, haciendo que tenga más sensibilidad cutánea.


Percepción de la estimulación

Las tres cualidades más importantes de la estimulación cutanea son: el tacto, la temperatura y el dolor.

Tacto




Las sensaciones del presión y vibración están provocadas por movimientos sobre la piel. Los receptores mejor estudiados son los copúsculos de Pacini, que detectan principalmente la vibración. Cuando el corpúsculo se comba respecto al axón, la membrana comienza a despolarizarse. Si se supera el umbral de excitación, se produce un potencial de acción en el primer nodo de Ranvier.

Temperatura



Las sensaciones de calor y frío son relativas, no absolutas. Hay un nivel de temperatura que, en una región concreta de la piel, producirá una sensación de temperatura neutra. Este punto de nivel neutral no es un valor absoluto, depende de la historia previa de estimulación térmica del área.
Hay dos tipos de receptores térmicos, uno responde al calor y otro al frío. 

El dolor

La percepción del dolor, como ocurre con la sensación térmica, se produce por redes de terminaciones libres en la piel; parece que hay, al menos, tres tipos de receptores para el dolor:
  • Los mecanoreceptores del umbral elevado son terminaciones libres en la piel; que responden a presiones intensas, lo que puede ser causado por algo golpeando y oprimiendo la piel.
  • Un segundo tipo parece responder a calores extremos, los ácidos y la capsaicina, el ingrediente activo del chile picante.
  • Otro tipo de fibra nocireceptiva contiene receptores sensibles al ATP

Vias somatosensoriales









lunes, 9 de octubre de 2017

El olfato

El olfato, el segundo sentido químico, nos ayuda a identificar el alimento y evita aquellos que se han estropeado y no son adecuados para la alimentación. Ayuda a los miembros de muchas especies a seguir a las presas o a detectar a los predadores e identificar a los amigos, los adversarios y las parejas receptivas. Aunque muchos otros mamíferos, como los perros, tienen sistemas olfatorios más sensibles que los seres humanos, no debemos infravalorarnos. 
El sistema olfatorio solo es segundo tras el sistema visual en el número de células receptoras sensitivas, con una cifra calculada de 10 millones de células. Podemos oler algunas sustancias a menores concentraciones que las que pueden detectar la mayoría de los instrumentos de laboratorio más sensibles.
Durante años he dicho a mis estudiantes que una razón de la diferencia en la sensibilidad entre nuestro sistema olfatorio y los de otros mamíferos es que los demás mamíferos colocan la nariz allí donde los olores son más fuertes —-justo por encima del suelo. Por ejemplo, un perro siguiendo un rastro de olor a lo largo del suelo, donde los olores de un animal que pasaba por allí se han aferrado. Incluso la nariz de un sabueso no sería muy útil si estuviera localizada a 150 o 180 cm del suelo, como las nuestras. Me satisface saber que un estudio científico estableció el hecho de que cuando las personas huelen el suelo como los perros, su sistema olfatorio trabaja mucho mejor. Porter y cois. (2007) preparó un rastro de perfume —una cuerda humedecida con aceite esencial de chocolate y dejada sobre un campo de hierba. A los sujetos se les vendaron los ojos y se les puso orejeras, protecciones en las rodillas y guantes, lo que les impedía usar nada que no fuera la nariz para seguir el rastro perfumado. Lo hicieron muy bien y adoptaron la misma estrategia de zigzag usada por los perros. Como los autores escribieron, estos hallazgos «indican que la mala reputación del olfato humano puede reflejar, en parte, las exigencias en cuanto a sus conductas en lugar de las capacidades últimas» (Porter y cois., 2007, p. 27).




Anatomía del aparato olfativo





Nuestros 6 millones de células receptoras olfatorias residen dentro de dos placas de mucosa (el epitelio olfatorio) , cada una de alrededor de 650 milímetros cuadrados. El epitelio olfatorio se localiza en la parte más alta de la cavidad nasal. Menos del 10 % del aire que entra por los orificios nasales alcanza el epitelio olfatorio; es necesario inspirar fuerte para que el aire alcance los receptores olfatorios.
Las células receptoras olfatorias son neuronas bipolares cuyos cuerpos celulares se disponen dentro de la mucosa olfatoria que recubre la placa cribiforme, un hueso en la base de la parte superior del encéfalo. Hay una producción constante de nuevas células receptoras olfatorias, pero su vida es considerablemente más larga que la de las células receptoras gustativas. Las células de apoyo contienen enzimas que destruyen moléculas odorizantes y así ayudan a impedir que dañen las células receptoras olfatorias.
Las células receptoras olfatorias envían un proceso hacia la superficie de la mucosa, que se divide en diez a veinte cilios que penetran en la capa de moco. Las moléculas odorizantes deben disolverse en el moco y estimular las moléculas receptoras situadas en los cilios olfatorios. Aproximadamente treinta y cinco haces de axones, rodeados de células gliales, entran en el cráneo a través de pequeños agujeros existentes en la placa cribiforme («perforada»). La mucosa olfatoria también contiene terminaciones nerviosas libres de axones del nervio trigémino; estas terminaciones nerviosas median probablemente las sensaciones de dolor que pueden producirse al inspirar por la nariz algunas sustancias químicas irritantes, como el amoníaco.
Los bulbos olfatorios se disponen en la base del encéfalo sobre las terminaciones de las vías olfatorias en forma de estaca. Cada célula receptora olfatoria envía un solo axón al bulbo olfatorio, donde forma sinapsis con dendritas de células nútrales (llamadas así por su parecido con la mitra del obispo, o adorno ceremonial que se coloca en la cabeza). Estas sinapsis se producen en el complejo axonal y en las arborizaciones dendríti- cas llamadas glomérulos olfatorios (por glomus, «bola»). Hay aproximadamente 10.000 glomérulos, cada uno de los cuales recibe señales de un haz de alrededor de 2.000 axones. Los axones de las células nútrales viajan al resto del encéfalo a través de las vías olfatorias. Algunos de estos axones terminan en otras regiones del prosen- céfalo ipsilateral; otras atraviesan el encéfalo y terminan en el bulbo olfatorio contralateral.
Los axones de la vía olfatoria se proyectan directamente en la amígdala y en dos regiones de la corteza lím- bica: la corteza piriforme (la corteza olfatoria primaria) y la corteza entorrinal. La amígdala envía información olfatoria al hipotálamo, la corteza entorrinal la envía al hipocampo y la corteza piriforme la envía al hipotálamo y a la corteza orbitofron- tal a través del núcleo dorsomedial del tálamo (Buck, 1996; Shipley y Ennis, 1996). Como puede recordar, la corteza orbitofrontal también recibe información gustativa; de este modo, puede participar en la combinación del gusto y del olfato en el aroma. El hipotálamo también recibe una cantidad considerable de información olfatoria, lo que es probablemente importante para la aceptación o rechazo de los alimentos y para el control olfatorio de los procesos reproductivos observados en muchas especies de mamíferos.
La mayoría de los mamíferos tienen otro órgano que responde a sustancias químicas en el ambiente: el órgano vomeronasal. Debido a que desempeña una función importante en las respuestas de los animales a las feromonas.
Las fibras eferentes procedentes de varias localizaciones en el encéfalo entran en los bulbos olfatorios. Entre ellas se encuentran las señales acetilcolinérgicas, nora- drenérgicas, dopaminérgicas y serotoninérgicas (Shipley y Ennis, 1996).


Tranducción de la información olfativa

Los sentidos químicos detectan estímulos químicos y transducen esos estímulos en energía eléctrica que puede ser transmitida por el sistema nervioso. El olfato, el sentido del olor, es uno de los sentidos químicos. Se trata de un sentido innecesario para la supervivencia en los humanos, pero mejora la calidad de vida incluso protege contra peligros. 

Las moléculas olorosas están en la fase gaseosa y alcanzan los receptores olfativos a través de la cavidad nasal. El aire entra en los orificios nasales, cruza la cavidad nasal y pasa a la nasofaringe. La cavidad nasal contiene unas estructuras llamadas cornetes, algunas de ellas están tapizadas por el epitelio olfativo, que contiene las células receptoras olfativas. El resto de la cavidad nasal que está tapizada por el epitelio respiratorio. Los cornetes actúan como deflectores, causando turbulencias en el flujo de aire y permitiendo el acceso a las regiones superiores de la cavidad nasal.

Percepción de  olores específicos



El epitelio olfativo consta de tres tipos de células: de soporte, basales y receptores olfativos.

Las células de soporte son células epiteliales columnar es tapizadas por microvellosidades en su borde mucosa y repletas de gránulos secretores.
Las células basales se encuentran en la base del epitelio olfativo y son células madre indiferenciadas que dan lugar a las células receptoras olfativas. Éstas células madre experimentan mitosis, produciendo una renovación continua de las células receptoras. 
Las células receptoras olfativas son también neuronas aferentes primarias y constituyen el sitio de unión, detección y transducción de las sustancias olorosas.

Las moléculas olorosas se unen a receptores en los cilios, que se extienden en la mucosa nasal. Los axones de las células receptoras olfativas abandonan el epitelio olfativo y viajan centralmente hasta el bulbo olfativo. Esas acciones deben pasar a través de la placa cribiforme para alcanzar el bulbo olfativo. Los acciones de los nervios olfativos son desmielinizadas y constituyen una de las fibras más pequeñas y lentas del sistema nervioso. Puesto que las células receptoras olfativas también son neuronas aferentes primarias, el reemplazo continuo de las células receptoras a partir de las células basales indica la existencia de neurogénesis continua.

domingo, 8 de octubre de 2017

El gusto





Ayuda a identificar los alimentos y evitar los que están estropeados. Para poder determinar el gusto por los alimentos tenemos las papilas (aspecto rugoso en la lengua), donde se ubican los llamados botones gustativos que permiten identificar los sabores. Por ejemplo, en la parte superior de la lengua,  (verde) se recepciona los sabores amargos; en la parte lateral superior (azul), los sabores ácidos; y en la parte lateral baja (rosado), los salados; mientras que en la punta de la lengua se identifican los dulces.


Anatomía de los botones y células gustativas



Los receptores para el gusto son las papilas gustativas que se encuentran principalmente en la lengua, pero también están localizadas en el paladar y cerca de la faringe. Las papilas gustativas pueden detectar cuatro gustos básicos: salado, dulce, amargo, y agrio. La lengua también puede detectar un sabor llamado "umami" por receptores sensibles a los aminoácidos. 


Generalmente, las papilas gustativas en la punta de la lengua son sensibles a los gustos dulces, mientras que las papilas en la parte posterior de la lengua son sensibles a los gustos amargos. Las papilas gustativas en la parte superior y a los lados de la lengua son sensibles a los gustos salados y ácidos. En la base de cada papila hay un nervio que envía las sensaciones al cerebro. El sentido del gusto funciona en coordinación con el sentido del olfato. El número de papilas varía de una persona a otra, pero mayores números de papilas aumentan la sensibilidad a los sabores. Las mujeres, generalmente tienen un mayor número de papilas gustativas que los hombres. Como en el caso de daltonismo, algunas personas son insensibles a ciertos sabores.


Los órganos del Gusto, que tienen por misión el percibir y enviar al cerebro el sabor de las cosas que introducimos en la boca, se encuentran en los Bulbos o botones gustativos, localizados en la Lengua. Es ésta un órgano musculoso fijo por la base al suelo de la boca y con la punta libre, de forma que puede realizar toda clase de movimientos. La superficie de la lengua está cubierta por una mucosa que tiene una serie de salientes denominados Papilas Linguales que son de diferentes formas, las bases de estás papilas tienen numerosas terminaciones nerviosas. Cuando una sustancia penetra en la boca es disuelta por la saliva produciendo una corriente nerviosa que nos produce la sensación del gusto, la cual es transmitida al cerebro a través de los nervios correspondientes. La lengua tiene otras utilidades como es ayudar en la masticación e ingestión de los alimentos, y sobretodo en la articulación de las palabras cuando hablamos (las consonantes principalmente).

​Percepción de la información gustativa



Las sustancias químicas que pueden estimular el gusto son detectadas y transducidas por quimiorreceptores localizados en las papilas gustativas. Las células receptoras del gusto se encuentran en el interior de los botones gustativos en la lengua, el paladar, la faringe y la laringe. Los botones gustativos de la lengua están en las papilas gustativas, que incluyen hasta varios cientos de botones. Son anatómicamente similares al epitelio olfativo y constan en tres tipos de células: soporte, nasales y receptoras. 

Las células basales: son células madre indiferenciadas que sirven como precursores de las células receptoras del gusto. Las células basales sufren un reemplazo continuo. Las células nuevas que se generan más o menos cada 10 días, migran hacia el centro del botón gustativo, donde se diferencian en células receptoras nuevas. 

Las células receptoras del gusto: son los quimiorreceptor es del sistema del gusto. Recubren los botones gustativos y prolongan microvellosidades hacia el interior de los poros gustativos. Las microvellosidades proporcionan un área superficial grande para la detección de estímulos químicos. 

A diferencia del sistema olfativo las células receptoras no son neuronas, sino células epiteliales especializadas que funcionan como quimiorreceptores y transducen los estímulos químicos en señales eléctricas. Las fibras aferentes inervan las células receptoras del gusto y transmiten esa información al sistema nervioso central. Los botones gustativos de la lengua se organizan en papilas especializadas y hay tres tipos: caliciformes, foliadas y fungiformes. Por último cabe destacar que las papilas filiformes no tienen botones gustativos ni  quimiorreceptores del sabor, y además son las más abundantes por toda la lengua.

Caliciformes: son las más grandes, pero menos numerosas. Están dispuestas en hileras en la base de la lengua y cada una de ellas está rodeada por una depresión en forma de cáliz, con los botones gustativos a lo largo de los lados de la depresión. Debido a su gran tamaño, casi la mitad de los botones gustativos se encuentran en papilas circunvaladas. Las células gustativas de las papilas circunvaladas están inervadas por los VII y IX pares craneales.
Foliadas: se encuentran en los bordes laterales de la lengua. Los botones gustativos se encuentran en pliegues de los lados de las papilas.
Fungiformes: están diseminadas sobre la superficie dorsal de la lengua y son más numerosas cerca de la punta anterior. Tienen forma de hongo y cada papila contiene de 3 a 5 botones gustativos. Son translúcidas, con un suministro sanguíneo abundante que las hace aparecer como puntos rojos en la superficie de la lengua. Las células gustativas de las papilas fungiforme están inervado es exclusivamente por la cuerda del tímpano del VII par craneal.

Términos de referencia


  • Tono Una dimensión del sonido que puede percibirse; corresponde a la frecuencia fundamental.
  • Hercio (Hz) Ciclos por segundo.
  • Volumen Una dimensión del sonido que puede percibirse; corresponde a la intensidad.
  • Otimbre Una dimensión del sonido que puede percibirse; corresponde a la complejidad.
  • Tímpano La membrana que separa el oído externo del medio, huesecillos Uno de los tres huesos del oído medio, martillo El «martillo»; el primero de los tres huesecillos.
  • Yunque El «yunque»; el segundo de los tres huesecillos.
  • Estribo El «estribo»; el último de los tres huesecillos.
  • Cóclea La estructura en forma de caracol del oído interno que contiene los mecanismos transductores auditivos.
  • Ventana oval Una abertura en el hueso que rodea a la cóclea que revela una membrana, contra la cual presiona la placa base del estribo, transmitiendo Vibraciones sonoras al líquido que está dentro de la cóclea.
  • Órgano de Corti El órgano sensitivo situado sobre la membrana basilar que contiene las células ciliadas auditivas.
  • Célula ciliada La célula receptora del aparato auditivo.
  • Célula de Deiters Una célula de sostén que se encuentra en el órgano de Corti; sostiene las células ciliadas auditivas.
  • Membrana basilar Una membrana en la cóclea del oído interno; contiene el órgano de Corti.
  • Membrana tectoria Una membrana localizada por encima de la membrana basilar; sirve de protección contra la que se mueven los cilios de las células ciliadas auditivas.
  • Ventana redonda Una abertura en el hueso que rodea a la cóclea del oído interno que permite que las vibraciones se transmitan, a través de la ventana oval, al líquido que hay en la cóclea.
  • Cilio Un apéndice parecido a un cabello de una célula implicado en el movimiento o transducción de la información sensitiva; se encuentra en los receptores de los sistemas vestibular y auditivo.
  • Nexo de la punta Un filamento elástico que une la punta de un cilio al lado del cilio adyacente.
  • Placa de inserción El punto de unión de un nexo de la punta a un cilio.
  • Nervio coclear La rama del nervio auditivo que transmite información auditiva desde la cóclea hasta el encéfalo.
  • Haz olivococlear Un haz de axones eferentes que viajan desde el complejo olivar del bulbo raquídeo hasta las células ciliadas auditivas de la cóclea.
  • Núcleo coclear Una de un grupo de núcleos en el bulbo raquídeo que recibe información auditiva de la cóclea.
  • Complejo olivar superior Un grupo de núcleos en el bulbo raquídeo; Implicados en las funciones auditivas, Incluida la localización de la fuente de sonido.
  • Lemnisco lateral Una banda de fibras que discurren en sentido superior a través del bulbo raquídeo y la protuberancia; lleva fibras del sistema auditivo.
  • Representación tonotópica Un mapa organizado de forma topográfica de diferentes frecuencias de sonido que se representa en una región particular del encéfalo.
  • Región del núcleo La corteza auditiva primarla, localizada en una circunvolución en la superficie dorsal del lóbulo temporal.
  • Región del cinturón El primer nivel de corteza auditiva asociativa; rodea la corteza auditiva.
  • Región del paracinturón El segundo nivel de corteza auditiva asociativa; rodea a la reglón del cinturón.
  • Codificación por lugar El sistema por el que la información sobre diferentes frecuencias se codifica mediante diferentes localizaciones en la membrana basilar.
  • Implante coclear Un dispositivo electrónico que se implanta mediante una intervención quirúrgica en el oído interno y que posibilita la audición a una persona sorda.
  • Codificación por frecuencia El sistema por el que la información sobre diferentes frecuencias se codifica mediante la frecuencia de disparo de las neuronas en el sistema auditivo.
  • Frecuencia fundamental La frecuencia menor y habitualmente más intensa de un sonido complejo; suele percibirse como el tono básico del sonido.
  • Armónico La frecuencia de tonos complejos que se produce a múltiplos de la frecuencia fundamental.
  • Diferencia de fase La diferencia en los tiempos de llegada de las ondas de sonido a cada tímpano.
  • Amusia La pérdida o deterioro de las capacidades musicales, producida por factores hereditarios o una lesión encefálica.
  • Saco vestibular Uno de un grupo de dos órganos receptores situados en cada oído interno que detectan cambios en la inclinación de la cabeza.
  • Conducto semicircular Una de las tres estructuras anulares del aparato vestibular que detectan cambios en la rotación de la cabeza.
  • Utrículo Uno de los sacos vestibulares, i sáculo Uno de los sacos vestibulares.
  • Ampolla Un aumento de tamaño de un conducto semicircular; contiene la cúpula y la cresta.
  • Cúpula Una masa gelatinosa que se encuentra en la ampolla de los conductos semicirculares; se mueve en respuesta al flujo del líquido dentro de los conductos.
  • Ganglio vestibular Un nodulo del nervio vestibular que contiene los cuerpos celulares de las neuronas bipolares que llevan la Información vestibular al encéfalo.
  • Sensibilidad cutánea Uno de Eos sentidos corporales; incluye la sensibilidad a estímulos que afectan a la piel.
  • Propiocepción Percepción de la posición y postura del cuerpo, cinestesia Percepción de los movimientos del cuerpo propio.
  • Sentido orgánico Una modalidad sensitiva que surge de receptores localizados dentro de los órganos internos del cuerpo.
  • Piel lampiña Piel que no contienen pelo; se encuentra en las palmas y las plantas de los pies.
  • Disco de Merkel Un receptor cutáneo sensible al tacto, importante para la detección de la forma y la rugosidad, especialmente por las yemas de los dedos.
  • Corpúsculo de Ruffini Un receptor cutáneo sensible al tacto, importante en la detección del estiramiento o de la fuerza estática ejercida contra la piel, importante en la propiocepción. i corpúsculo de Meissner Un receptor cutáneo sensible ai tacto, importante en la detección de los contornos o de estímulos de tipo Braille, especialmente por las yemas de los dedos.
  • Corpúsculo de Pacini Un receptor cutáneo sensible a la vibración, importante para detectar la vibración de un objeto que se sujeta.
  • Mecanorreceptor Una neurona sensitiva que responde a estímulos mecánicos: por ejemplo, aquellos que producen presión, estiramiento o vibración de la piel o estiramiento de los músculos o tendones.
  • Miembro fantasma Sensaciones que parecen originarse en una extremidad que ha sido amputada.
  • Núcleo del rafe magno Un núcleo del rafe que contiene neuronas secretoras de serotonina que se proyectan sobre la sustancia gris dorsal de la médula espinal y que participan en la analgesia producida por los opiáceos.
  • Umami La sensación gustativa producida por el glutamato.
  • Cuerda del tímpano Una rama del nervio facial que pasa por debajo del tímpano; lleva la Información gustativa desde la parte anterior de la lengua y controla la secreción de algunas glándulas salivales.
  • Núcleo de la vía solitaria Un núcleo del bulbo raquídeo que recibe información de los órganos viscerales y del sistema gustativo.
  • Epitelio olfatorio El tejido epitelial del seno nasal que cubre la placa cribiforme; contiene los cilios de los receptores olfatorios.
  • Bulbo olfatorio La protrusión al final de la vía olfatoria; recibe información de los receptores olfatorios.
  • Célula mitral Una neurona localizada en el bulbo olfatorio que recibe información de los receptores olfatorios; los axones de las células mitrales llevan información al resto del encéfalo.
  • Glomérulo olfatorio Un haz de dendritas de las células mitrales y los botones terminales asociados de los axones de los receptores olfatorios.